Para agosto del año 2004, San Luis había perdido el prestigio ganado a través de dos de sus marcas más valoradas: “San Luis Somos Todos” y “San Luis Otro País”.
En pocos meses, la provincia pasó de un modelo de pujanza y crecimiento a ser señalada por sus continuos conflictos sociales. Reposicionarla, a partir de un programa de corto plazo, fue la decisión inmediata.
En el camino quedaron diferentes propuestas hasta que finalmente se optó por la creación y desarrollo de una nueva marca: “San Luis Cine”.
La iniciativa, que se sustentó en la Ley de Fomento al Cine promulgada en el año 2001, dio paso a una estrategia que garantizó visibilidad, imagen positiva e identidad, además de capacitación y nuevas fuentes de trabajo.
La acción, a poco de andar, generó una nueva mirada sobre la provincia y también sobre la gestión de gobierno. Gracias a ella, San Luis paso a ser visto nuevamente como un distrito pujante, emprendedor, amigo de la innovación y de los grandes desafíos.